tomado del muro de Javier Freites Capitán
Nacer en República Dominicana es tremendamente riesgoso tomando en cuenta los enormes índices de pobreza, la baja calidad de la educación, la ineficiencia de nuestro sistema sanitario, lo que cuesta alimentarse, transportarse, y una larga lista de un país que en su constitución nos coloca como un Estado Social, Democrático y de Derecho… Algo muy lejos de la verdad. Son sólo palabras bonitas que no describen en nada al país en el que vivimos. Sin embargo, si llevamos la discusión al terreno de la igualdad entre sexos, resulta que eso, es un completo sofisma.
Si crees que lo dicho anteriormente es malo, que lo es, resulta que hay datos aún muchísimo peores que ponen de relieve la sociedad en la que vivimos. Si nacemos MUJER estas son algunas de las notables diferencias:
No son dueñas de su voluntad ya que son coaptadas por sus padres, hermanos, maridos simplemente por ser mujer. Tampoco de su cuerpo. Sus deseos muchas veces están subordinados. Y lo peor, no son los juicios de valor que pueda generar vivir una vida en sus propios términos (la mal llamada rebeldía) es que son víctimas de acoso sexual, laboral, familiar, en fin de acoso PURO y DURO. Algo tan sencillo como salir a caminar, puede ser una total odisea y no sólo lo digo por la delincuencia, que las estadísticas son reveladoras. Es que si se van a caminar por ahí, difícilmente puedan evitar coleccionar una larga lista de irrespetos que van en modo de silbatos, piropos, y en el peor de los casos hasta el de una persecución. Pero no, eso no es todo.
Las mujeres son vulnerables porque si las violan y quedan embarazadas, no pueden abortar. Si su vida corre peligro por un embarazo, ellas quedan en segundo lugar. Si quedan embarazadas muy jóvenes, por error, deben cargar con lo que supone el mismo. Un largo rosario de pobreza, exclusión social, deserción escolar y ni decir del escrutinio social. No me quiero extender pero ser mujer es ser víctima potencial de la delincuencia, de tener más dificultad para emplearse (el doble que un hombre), de ganar menos dinero por realizar el mismo trabajo.
En fin, que ser mujer, es doblemente peligroso. Es vivir en una normalidad totalmente hostil. Por eso, hoy más que nunca se necesita romper con esos paradigmas sociales que las disminuyen. Hoy más que nunca las mujeres y los hombres tienen la obligación moral de participar activamente ya sea desde la sociedad civil y la política, para cambiar este modelo… Pero sobretodo, nosotros los HOMBRES, estamos obligados a CAMBIAR para honrar al ser más maravilloso que existe: LA MUJER.
P.D. Todos los días lucho con mi machismo. Hazlo con el tuyo. No podemos ser iguales cuando nos tratamos diferentes. Hay que trabajar por una sociedad de DERECHOS.